¡Hola!

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Aunque nada cambie, si tú cambias todo cambia.

Esta es mi historia ... hasta ahora.

Mi nombre es Esther Valls.

Nací en Barcelona y cuando tenía 9 años me fui a Pamplona con mi familia, donde vivo desde entonces. Estoy casada y tengo 3 hijos,

Los mejores recuerdos de mi infancia son siempre de verano. El colegio me parecía un “trámite” sin más interés y recuerdo ser muy feliz cuando lo terminé.

Empecé a estudiar Farmacia porque, a pesar de que entonces no tenía nada claro lo que quería, yo era de ciencias y me pareció una opción tan buena como otra cualquiera. Así, llegué hasta 3º.

A mitad de curso me di cuenta de que aquello no era lo mío y lo dejé. Para no perder el tiempo mientras esperaba a matricularme en otra carrera me fui a Alemania unos meses para aprender alemán y el curso siguiente empecé Empresariales, que era algo que pensé me serviría para casi cualquier cosa que después quisiese hacer, y sí terminé. Cuento estos cambios aunque pueda parecer que no tienen importancia, porque estos cambios en mi vida son frecuentes y me definen bastante bien. Soy una persona inquieta y no me importa cambiar si algo no me gusta. Nunca me ha importado “tirarme a nuevas piscinas”.

Me he dedicado a muchas cosas a lo largo de mi vida, he trabajado en empresas grandes y pequeñas. He montado mis propias empresas y me he asociado con gente para montar otras. He trabajado de gestora, de contable, de creativa, con amigos, con mi marido, sola…

Entre medio y durante un periodo de unos 8 años me dediqué casi exclusivamente a mi papel de madre, algo que disfruté muchísimo (y sigo disfrutando) y por lo que me considero una privilegiada.

Después, una serie de circunstancias de todo tipo confluyeron para llevarme a lo que después se convertiría en una nueva etapa profesional. Tuve la necesidad de parar y reconectar conmigo misma para encontrar qué había detrás de esa inquietud que me llevaba a cambiar tanto, a buscar y buscar, que al final me había conducido al punto en el que en ese momento me encontraba. Sin ilusión.

Cómo descubrí la capacidad para disfrutar de cada momento.

Y me puse a investigar, leer, escuchar a expertos y formarme en ámbitos que eran nuevos para mí (o eso creía yo entonces). Me formé durante 5 años en Mindfulness, Terapia transpersonal, Coaching, Inteligencia Emocional, Alimentación consciente y otros muchos cursos más cortos y actividades de todo tipo (Movimiento Expresivo Rio Abierto, Zen Power, boxeo, constelaciones, Clown esencial, Reiki, círculos de mujeres…)

Ese periodo de formación, muy intenso a nivel personal, y todo lo que leí y escuché, me llevaron a recuperar la ilusión y encontrar lo que quería hacer a partir de entonces, a lo que ahora me dedico.

Ahora soy una “cincuentañera” feliz, que se dedica a la formación y las conferencias.

Me encanta transmitir todo lo que yo he aprendido y me ha servido.

Y lo hago aplicando la base de Mindfulness e Inteligencia Emocional que considero fundamentales para el desarrollo personal, junto con técnicas de Coaching y de todo lo que he experimentado en otros cursos, así como todo lo leído de expertos en crecimiento personal y felicidad.

No pienso en la jubilación, como la mayoría de las personas de mi edad. Yo pienso en los años que todavía me quedan para poder hacer esto, que me apasiona, y seguir aprendiendo.

En cuanto a mi parte más personal, me gusta mucho escuchar música y cantar en el coche “como si no hubiera un mañana”. En mis listas de Spotify hay de todo y me encanta poner el aleatorio para ver qué sale. Hay días en que todas me vienen bien y otros en los que no hay manera de que salga una que me apetezca. De esta manera capto un poco cómo estoy y cómo va ser mi día-

También me gusta leer, mucho y variado. Leo sobre todo ensayos y me gustan mucho las autobiografías y novelas con fondo histórico. Ya mucho antes de interesarme por los temas que me ocupan hoy, leía sin saber muy bien por qué, a Hermann Hesse, Victor Frankl,  Eckhart Tolle o Dale Carnegie. En esos momentos no llegaba a encontrarles el sentido que les he encontrado ahora cuando los he releído, pero está claro que había ya entonces algo que me llamaba la atención sin yo saberlo. Últimamente me han gustado mucho autores como Yuval Noah Harari, Mihaly Csikszentmihalyi,  Nassim Nicholas Taleb o Kate Raworth. Y otros de siempre como Marco Aurelio, Aldous Huxley, George Orwell, Jon Kabat Zinn, Daniel Goleman, y las novelas de Isabel Allende o Ken Follet…También me gusta escribir, de momento para mí.

No me definiría como una gran deportista, pero sí me gusta la sensación que tengo después de hacerlo. Eso, y el convencimiento absoluto de lo necesario que es para nuestro bienestar tanto físico como psicológico, me sirve de motivación para no dejar de practicarlo.

En otro orden de cosas, disfruto viendo a mis hijos convertirse en unos adultos que me encantan, me gusta ver series y películas con mi hija pequeña y charlar con los dos mayores, me encantan los aperitivos y las comidas con mis amigos, la gente alegre, los que no se quejan, los que saben escuchar, los ancianos sabios, una buena discusión, entenderte con alguien sin necesidad de hablar, que mis amigas me cuenten sus cosas, observar a la gente sentada en un banco o desde el coche e imaginar sus vidas, ver a mis alumnos evolucionar durante el curso…

Y ver tenis e ir a conciertos. Me gusta el verano, comer bien, dar paseos acompañada, el mar, Menorca, la nieve, el color de los árboles en otoño y la explosión de verde en primavera, los atardeceres y la luna llena.  Me gusta también observar a mis gatos, arreglar el jardín, las manualidades, los puzles..

En resumen, cada vez me gustan más cosas, disfruto de los momentos y cualquier pequeño detalle puede alegrarme el día.

Y esta soy yo, una persona agradecida, consciente, tranquila, comprometida en dejar a mis hijos un mundo mejor, ilusionada por seguir aprendiendo y creo que, por fin, bastante equilibrada.